Precios: Insistiendo con los mismos errores

2017: Debutando con un fuerte incumplimiento

– En los últimos discursos al público, el BCRA ha buscado cambiar el foco que ponía poco tiempo atrás en la meta de inflación del presente año, para tratar de ponerlo en las metas del año próximo. En efecto, la Autoridad Monetaria ya no menciona la meta anual del 2017, sino que manifiesta tener como objetivo actual lograr que la inflación de los últimos meses de este año se ubique en torno al 1% mensual, dado que ello sería compatible con la meta anual del año 2018. De esa manera está haciendo un reconocimiento implícito que el cumplimiento de la meta del 2017 ya resulta imposible (si la inflación se ubica en el 1% mensual en los últimos 4 meses del año, el 2017 terminaría con inflación por encima del 20%), resultante de que la evolución de los precios en lo que va del año ha estado muy por encima de las expectativas que tenía la autoridad monetaria.

– La trayectoria de la inflación ha sido variada a lo largo del 2017, siendo más elevada en el trimestre febrero-abril, donde los incrementos superaron el 2% mensual, para luego ir bajando más lentamente. El alza de los precios fue reflejo de dos factores. El inicial fue un nuevo ciclo de ajustes de los precios relativos y el otro componente fue la propia política monetaria donde el propio presidente del BCRA manifestó que “Nuestro diagnóstico es que esa suba fue el producto de un excesivo relajamiento de la política monetaria sobre fines del año pasado y comienzos de este.” La diferencia mayor entre la realidad y la expectativa del BCRA fue en los precios núcleo, que en agosto alcanzó un aumento 3,6 p.p. superior respecto a lo previsto.

2018: Insistiendo con el mismo error

– La “nueva meta” de inflación en torno al 1% mensual hacia finales de año no será nada sencilla de alcanzar (para los analistas relevados por el mismo BCRA la inflación del último trimestre se ubicará en torno al 1,3% mensual), y ello lleva a preguntarse qué tan factible es la meta anual del 2018, fijada en un 10% +/- 2% (o sea, con un techo del 12% para todo el año, medida con el nuevo índice de precios nacional).

– Dado que en el año 2016 el BCRA fijó las metas de inflación para los años 2017 a 2019 (techos del 17% para este año y del 12% para el 2018), resulta controvertido que a pesar del fuerte desvío en el 2017 (entre tres y cinco puntos por encima del techo), insista en dejar sin cambios la meta del 2018. No se trata de un tema trivial: mantener metas de inflación demasiado agresivas implicará volver a cometer el mismo error que se cometió en el año 2017: metas inalcanzables se traducen en una política monetaria excesivamente restrictiva, pero que pese a serlo no tiene éxito para alcanzar las metas. Es que esas metas han sido fijadas en niveles que parecen no haber tenido en cuenta de manera adecuada el impacto monetario del desequilibrio fiscal (dominancia fiscal) ni el impacto de los cambios en los precios relativos (como el alza de tarifas).

– Al respecto, para el 2018, tomando como referencia las audiencias de gas y una trayectoria similar para los precios de la electricidad respecto a lo sucedido en el 2017, es posible que el próximo año el incremento de las tarifas públicas sea al menos similar al promedio esperado de este año (30%; que puede ser aún mayor si no se ajustan en lo que queda de este año las tarifas de transporte) y así el aporte al incremento de los precios se situaría en torno a 3,4 puntos porcentuales. Ello implica que la inflación de los bienes y servicios privados (no regulados y regulados) debería pasar de un estimado de 21% en el corriente año a una muy reducida alza, de apenas un 7,4%, en el 2018, para que se cumpla la meta propuesta por el BCRA del 10% anual. La meta del BCRA difiere marcadamente de las expectativas de los consultores que participan del REM, que en el último relevamiento realizado (publicado a inicios del presente mes este mes), prevén una suba del 15,9% en el IPC Nacional para el año 2018 (13,9% para la inflación núcleo).