Informe Económico. REACOMODAMIENTO GLOBAL Y LOCAL.

15 de agosto de 2018

 

 

1.      Segunda víctima internacional

 

·         En un contexto de normalización de la política monetaria internacional y suba de la tasa de interés global, tras más de diez años de liquidez abundante en el mundo, continúa el reacomodamiento de los flujos de capitales. La reducción en los flujos destinados a las economías emergentes reduce la oferta global disponible y deteriora el valor de las monedas de esos países. En particular, en la última semana un conflicto político y económico entre Estados Unidos y Turquía detonó una nueva oleada de salida de capitales que afectó al mundo emergente. Pero la salida de capitales tiene efectos marcadamente diferenciados, afectando con fuerza en particular a las economías percibidas como más vulnerables.

·         El enfrentamiento entre EEUU y Turquía reviste ribetes múltiples, con aspectos diplomáticos y financieros. De lo que era una crisis diplomática se pasó directamente a una crisis financiera y comercial que llevó al desplome de la lira turca. Ello se suma al deterioro estructural que viene mostrando Turquía, donde fuertes incrementos del endeudamiento del sector privado se destinaban a actividades no transables, provocando una apreciación de la moneda y un fuerte déficit de la cuenta corriente.

·         Tras el reciente episodio, la lira tiene el dudoso honor de ser la moneda emergente más afectada en el año, superando el deterioro sufrido por el peso argentino. También se han visto depreciaciones importantes en otras economías como Brasil, Rusia y Sudáfrica, que años atrás brillaban como BRICS.

·         En términos generales estas economías comparten débiles cuentas fiscales, con indicadores nada brillantes respecto a solvencia, necesidades de financiamiento y grado de endeudamiento en moneda extranjera. Un estudio del IIF señala que además de Argentina y Ucrania (UAH), que ya se encuentran bajo un programa del FMI, economías como las de Brasil, Egipto y Hungría son las que presentan los mayores flancos de debilidades de origen fiscal.

 

 

2.      Crisis de balanza de pagos local

 

·         La crisis de balanza de pagos señalizada por reciente episodio de salida de capitales en nuestro país tuvo como indicador anticipado un déficit de la cuenta corriente demasiado elevado y que se incrementaba demasiado rápido para una economía con bajo crecimiento. Ahora, y como corolario de la corrida cambiaria, la cuenta corriente externa comienza a ajustarse con fuerza, por el efecto combinado del mayor tipo de cambio real y la menor demanda interna asociada con la recesión.

·         En el acumulado del año el peso argentino registra una pérdida de valor real en torno al 25% respecto al dólar. El actual nivel de TCRM (multilateral) es el mayor de la actual administración, reflejando un nuevo equilibrio entre la oferta y la demanda de divisas, tras la reducción de los ingresos financieros que financiaban el déficit fiscal y externo. El salto en los niveles de TCRM se origina en parte por el cambio de las preferencias de los inversores internacionales tras el endurecimiento de las condiciones financieras globales, pero también en gran parte (probablemente la mayor) por la percepción de vulnerabilidad local y los errores de política económica.   

·         El salto del tipo de cambio, algo suavizado por los fondos del FMI, lleva a un ajuste de las cuentas externas, con una reversión en la suba del déficit de la cuenta corriente (que apuntaba a superar con comodidad el 5% del PIB), aunque ello todavía no llega a compensar la debilidad de la cuenta capital.

·         Junio marca un quiebre en el deterioro comercial, luego de que en los primeros seis meses las importaciones crecieron 13,6% y las exportaciones sólo un 5,8% interanual. Pero las importaciones terminaran 2018 en valores inferiores al año anterior, ya que en le segundo semestre caerán cerca de un 15%. En cambio, los valores de las exportaciones podrían llegar a exhibir un guarismo levemente positivo en el año, pese a estar limitadas por el impacto de la sequía. Otro de los componentes que ya empezó a reflejar el ajuste del tipo de cambio real es el turismo: tras 17 meses consecutivos de crecimiento, la cantidad de pasajeros internacionales transportados (incluyendo tráfico emisivo y receptivo) retrocedió en forma interanual tanto en junio como en julio. Una incipiente tendencia a menor turismo emisivo se consolidaría en los meses venideros, junto a una más leve mejora en el receptivo.

·         Tomando en cuenta todas las novedades y pese al arrastre del primer semestre, esperamos que la cuenta corriente finalice el año por debajo del 4% del PIB, y que el próximo año vuelva a caer significativamente,  a cerca del 2,5% del PIB, dejando de ser una preocupación.



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