Política Cambiaria: Ayuda Externa

A continuación, el resumen del Informe Económico de la última semana. Lo invitamos a descargar el Informe Completo.

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1. Una golondrina no hace verano

– Las expectativas del gobierno en cuanto a que la inflación comience a desacelerarse parecen empezar a hacerse realidad, lo cual era de esperarse, una vez superado el efecto pleno de los ajustes de tarifas que se habían registrado entre febrero y abril, y que en mayo sólo quedaron reducidas al servicio de agua. A ellos se suma el aparente fin de algunas subas estacionales o puntuales que se habían dado en abril (como las de carnes, lácteos e indumentaria). La menor  inflación parece ser un bálsamo para un “vapuleado”  BCRA que desde marzo viene disponiendo subas en las tasas de interés, con el presunto objetivo de alcanzar las ya incumplibles metas inflacionarias.

– La inflación de mayo se habría ubicado entre el 1,6% y el 1,8%, lo cual implica una importante baja respecto al mes anterior, luego de tres meses de elevados números.Entre febrero y abril la inflación promedio se ubicó en 2,5%, bastante por arriba de lo esperado por la autoridad monetaria.

– Mientras que en junio continuaría la desaceleración de la inflación, la situación será menos favorable en julio. Con un bajo arrastre del mes previo, sin aumentos tarifarios y en un mes de baja estacionalidad, para junio se espera una inflación en el rango 1,2%/1,4%, pero la inflación no seguiría bajando en julio. Es que para ese mes se prevén aumentos en la medicina prepaga, y dado que las vacaciones de invierno impulsarán los precios de esparcimiento y turismo, el guarismo mensual podría ubicarse en torno al 1,5%.

– Con el dato de inflación de mayo el acumulado de los últimos 12 meses se ubicará en niveles cercanos al 24%, una reducción sustancial respecto a los valores de 37%  de principios de 2017, pero muy por encima de la meta anual del 17%. Si bien lo peor ya habría pasado, los intentos fallidos que tuvo el BCRA en anteriores situaciones implican que es probable que no modifique en el muy corto plazo la tasa de política monetaria, y aguarde hasta cerca de fin de este este mes o el próximo para volver a las reducciones de tasas .

 

2. Tipo de cambio: Brasil ayudó en algo que el BCRA no podía (o no quería) hacer

– Cortando con una apreciación de 5 meses consecutivos, en mayo la crisis política en Brasil y la polémica en EE.UU. sobre la injerencia de Rusia en la campaña electoral generaron un salto del tipo de cambio, desde un mínimo cercano a $15,20 en abril a un máximo cercano a $16,15 fines del mes, dando algún  respiro al BCRA en el medio de las fuertes críticas por el atraso cambiario.

– Tras la crisis política en Brasil, el TCRM estimado por el BCRA cortó con su racha de más de un 9,0% de apreciación que comenzó en febrero y se había extendido hasta abril, puesto que en mayo el TCRM se depreció algo menos del 3%. Respecto a la salida del cepo cambiario, el tipo de cambio multilateral se recuperó algo menos del 15%, y un 22% respecto a los valores previos a la salida de la convertibilidad. Pero ello se debe a las fluctuaciones en el valor del real brasileño, la mejor ilustración del agudo atraso cambiario actual es que tipo de cambio real bilateral $/u$s se encuentra hoy por debajo del nivel vigente a fines del año 2001.

– Lo reducido del salto del tipo de cambio nominal en abril-mayo (cerca de un 5%) permitió que no se trasladase a precios (al menos de manera notoria), evitando generar más problemas dentro del modelo que utiliza el BCRA, donde la inflación sigue ocupando el primer lugar. Si bien la combinación entre alta liquidez y vencimientos records de Lebacs con atraso cambiario son una espada de Damocles ante eventuales perturbaciones internas o externas, de no mediar nuevas sorpresas es de esperarse que retome cierta calma al mercado cambiario, ya que persiste la oferta estacional proveniente del agro, potenciada por liquidaciones de divisas por parte del sector público. Pero a partir de agosto el mantenimiento de la calma cambiaría probablemente se irá complicando, a medida que se acerquen las elecciones y crezca el temor de un eventual ajuste cambiario, aunque ello estará sujeto a los vaivenes de las encuestas y de las posibilidades que indiquen las mismas para el oficialismo.