Informe Económico: VUELCO DE LAS EXPECTATIVAS

30 de septiembre de 2019

 

VUELCO DE LAS EXPECTATIVAS

 

  1. Una economía en W
  • Pasado ya un tiempo prudencial tras el vuelco de las expectativas posterior a las elecciones primarias, analizamos la evolución reciente de la economía y nuestra visión económica basada en la poca información disponible para intentar dilucidar qué es lo que viene. En el corto plazo los indicadores de actividad registrarán un nuevo deterioro de los niveles de actividad, que implica una profundización de la depresión de la economía.
  • Según la información de nuestro indicador, la actividad económica en el mes de agosto profundizaría su deterioro, interrumpiendo la incipiente mejora que acompañaba la llegada de la nueva campaña agrícola. Según el Estimador de Actividad Económica (EsAE) en el mes de agosto los niveles de actividad se ubican 3,8% por debajo de los valores de un año atrás y ya evidencia un deterioro respecto a la variación que venía exhibiendo la economía en las tasas interanuales. De esta forma, la variación interanual de la actividad dibujará una W en los próximos meses por la doble caída. No obstante, el deterioro de agosto no sería causado por la reciente disrupción financiera, sino sería más bien el reflejo de la menor dinámica que aporta el sector agrícola. Tengamos en cuenta que los efectos sobre la actividad real en general toman tiempo en ser vistos en el proceso real, porque su impacto es primero sobre la demanda y luego se transmite a la economía real, tras el ajuste de los niveles de stocks. Igualmente, en esta ocasión esperamos que los efectos se transmitan de forma más rápida debido a que los niveles de stocks en general ya se encuentran fuertemente ajustados.
  • Tomando los datos oficiales, la actual crisis ya alcanza un total de 20 meses desde el máximo previo registrado en noviembre de 2017. Así, la crisis actual es una de las más largas para alcanzar su punto más bajo de actividad, sobrepasando inclusive la observada en el año 2009 con la crisis internacional. Así, el desempeño de la economía se asemeja a las crisis largas que debe enfrentar nuestro país, como sucedió a inicios de los 80’s, inicios de los 90’s e inicios del actual siglo. No obstante, la profundidad del actual proceso recesivo, si bien ha sido mayor a las depreciaciones de 2014 y 2015, no logra superar el deterioro alcanzado en la crisis internacional.
  • En el tercer trimestre del año proyectamos que la caída del PIB se habría ubicado en 3,4% interanual, revirtiendo el resultado positivo del segundo trimestre del año. El deterioro del nivel de actividad respondería a la depresión de la absorción interna, donde tanto la inversión como el consumo siguen sin mostrar signos de mejora.
  • Con todo, se prevé que la dinámica de la economía en los próximos meses verifique un nuevo parate que redundaría en que la economía registre un deterioro cercano al 3% en el año. Así, la recesión acumularía su segundo año consecutivo con una baja de la actividad entre puntas cercana al 10% respecto a los máximos de fines de 2017.

 

  1. Una mirada de lo que viene
  • Días atrás trascendió una presentación de uno de los principales referentes de Alberto Fernández en materia económica como lo es Matías Kulfas, quien nuevamente expuso en el día de hoy su visión en un evento del diario Clarín.
  • El diagnóstico y los desafíos se plantean en dos planos: corto plazo, donde dominan las cuestiones de deuda, FMI, crisis cambiaria e inflación y el mediano y largo plazo, donde el énfasis está puesto en lanzar un plan macro más integral bajo el paraguas de un Acuerdo Económico Social que priorice un plan de desarrollo productivo con foco en las Pymes y un modelo exportador.
  • En los pilares macro aparecen algunos consensos respecto a la tendencia actual de ir en búsqueda de equilibrios o superávit gemelos (fiscal y externo) pero se difiere en los instrumentos, plazos y formas de conseguirlos. Respecto a la política monetaria y antinflacionaria es donde hay mayor distancia de la regla actual de astringencia monetaria y elevadas tasas de interés. El enfoque parece ser una política algo más laxa, con tasas de interés reales positivas, pero no en los niveles actuales y priorizar el anclaje de las expectativas inflacionarias recurriendo al balizamiento que puede otorgar el acuerdo económico y social en las principales variables nominales de la economía (salario, tipo de cambio, tasas de interés, gasto público).
  • Un punto que ha tenido buena recepción en estos días, y donde también supone una continuidad con el enfoque actual se refiere a la necesidad de estirar el cronograma de vencimientos de la deuda sin recurrir al default y buscando una propuesta market friendly.


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